terça-feira, 7 de abril de 2020

Hay quienes dicen que estamos viviendo una nueva edad media…


Hay quienes dicen que estamos viviendo una nueva edad media…


     Hace un tiempo leí un par de artículos[1] que decían que estamos viviendo en una nueva edad media. Sorprendido, como cada vez que uno se enfrenta a lo desconocido y es tomado por sorpresa, “salté” mentalmente hacia atrás y dije, “jjjmmm…”. Pero continué leyendo ya que algo me resultaba familiar en la idea. Igualmente, extraño porque en el secundario no habíamos estudiado nada relacionado, y menos en la facultad; los canales de noticia no decían nada al respecto. Ni siquiera los blogs que versan sobre innumerables conspiraciones y que suelen estar en la cresta de la ola de las informaciones secretas a punto de revelarse.

     Tratemos de reflexionar si esto es posible:

¿A qué se llama Edad Media?


     Si nos vamos hacia atrás en el tiempo, la idea de comprender la historia en edades resulta tan antigua como el propio ser humano probablemente ya que puede observarse dentro de los relatos orales y escritos de antiguas civilizaciones.

     Entre algunos de los ejemplos que hoy nos llegan, podemos ver en el Mahabharata, libro sagrado de la tradición hindú con al menos 5000 años de antigüedad, que el tiempo está compuesto por cuatro “yugas” o eslabones. Estas cuatro etapas “comienzan” con una Edad de Oro, llamada Satya Yuga y atravesando tiempos relacionados con la plata y el cobre, se llega con una Edad de Hierro, conocida como Kali Yuga.

     Así mismo Hesíodo en Grecia, hacia finales del siglo VIII a.C. en su poesía Trabajos y días relata que la humanidad atravesó 5 edades a lo largo de su existencia hasta nuestros días. En la Edad de Oro mujeres y hombres vivían como dioses, pero fueron degenerándose hasta alcanzar la actual estirpe de Hierro, donde los humanos, nunca exentos de fatiga, estarán sujetos a ásperas y constantes preocupaciones. Nociones semejantes pueden encontrarse también en escritos de Ovidio, en las civilizaciones de América o de China, por ejemplo.

     Si bien estas edades nos hablan de ciclos largos -podríamos decir cósmicos-, el tiempo era visto como fractal, o sea que las mismas leyes para el macrocosmos, se aplicarían en esferas más “pequeñas”. Es fácil ver estos conceptos durante el día, por ejemplo, cuando el Sol alcanza su punto más alto en el cielo y en la noche se esconde bajo la superficie; o también en las estaciones del año. Los seres humanos, por ser parte de la naturaleza, no estamos exentos y también tenemos un nacimiento, alcanzamos nuestro “mediodía” en la juventud y a partir de ahí nos vamos preparando paulatinamente para nuestro invierno.


                ¿Qué características tienen las edades de oro?

     Para los hindúes, la Satya Yuga es el período donde la virtud en los hombres está completa; donde se vive en armonía entre todos los planos y seres, semejante a las épocas en que gobernaban los dioses (según tradiciones egipcias, por ejemplo).

     Según Hesíodo, los primeros humanos de dorada estirpe:

“Vivían como dioses, con el corazón libre de preocupaciones, sin fatigas ni miseria; no se cernía sobre ellos la vejez despreciable, sino que, siempre con igual vitalidad en piernas y brazos, se recreaban con fiestas, ajenos a cualquier clase de males. Morían como sumidos en un sueño…”


                ¿Y las edades de hierro?

     Las edades oscuras, que llevan este nombre por la falta de claridad en las personas, encuentran características coincidentes tanto los relatos hindúes como griegos. Algunas de ellas son:



         ·         La virtud se ve disminuida en mujeres y hombres.
         ·         Las instituciones caen en desuso y los gobernantes se vuelven irrazonables.
         ·         Impondrán impuestos injustos y se convertirán en un peligro para el mundo.
         ·         El crimen alimentará las ciudades y las personas migrarán.
         ·         La avaricia, la ira, la ignorancia y la lujuria serán costumbres.
         ·         Ni los pueblos ni sus habitantes encontrarán un sentido común o natural, olvidando para qué viven.
         ·         Las personas se volverán adictas a la falsedad al hablar, a las bebidas y drogas intoxicantes.
         ·         Los justos y los honrados no obtendrán reconocimiento, por el contrario, se beneficiarán los malhechores y los hombres violentos.
         ·         Los amigos no apreciarán a los amigos y los hermanos no se querrán como antes.
         ·         En esta época las estrellas y los grupos estelares estarán destituidos de brillantez[2].



Entonces…, ¿a qué se llama edad media?

     En todas sus escalas, la concepción del tiempo estuvo sujeta a períodos que oscilan entre puntos altos y puntos bajos. Por lo tanto, las sociedades y los mismos seres humanos estaríamos constantemente moviéndonos entre etapas “de oro” y etapas “oscuras”.

     En base a las tradiciones filosóficas, se puede decir que la humanidad alcanza un zénit cuando las culturas están vivas, y esto ocurre cuando los valores humanos alimentan a los pueblos y la virtud es el anhelo de las personas.

     Como contrapartida, en las edades de hierro prima el egoísmo, la búsqueda de reconocimiento personal sobre el bien común, se ignora el sentido de las cosas y se encuentra refugio en el materialismo. Las personas así viven sujetas al miedo.

     Como el tiempo oscila, luego de un punto alto, comienza el descenso hacia una edad media, para luego volver a ascender a nuevos tiempos dorados.

Las edades medias, son aquellas épocas de la historia que se encuentran entre medio de dos edades de oro. De ahí su nombre.



¿Tiene esta, algún parecido con la Edad Media que todos conocemos?

     Podemos encontrar numerosas similitudes con la edad media que transcurrió entre el siglo V y el siglo XV de nuestra era. Imagínense su dimensión, que duró 1000 años. Estas coincidencias, no son en la forma de los sucesos, pero si en la esencia de los mismos.

     O sea, hoy no vamos a ver caballeros protegidos con cotas de malla, escudos con insignias y espadas; pero si vamos a encontrar guerrilleros y fuerzas militares en prácticamente todas las naciones del mundo.

     Los tiempos de oscurantismo estaban caracterizados por un terror religioso, que hacía ver que la vida del ser humano no valía nada y todo era una especie de castigo divino; perdiéndose el contacto con lo profundo de la existencia. Hoy ocurre algo semejante, pero en lugar de la religión, es la ciencia la que, a través de un enfoque materialista de la naturaleza, “desconectó” el alma del cuerpo, o el espíritu de la materia. De esta forma, tanto ayer, como hoy, la gente olvida el sentido de las cosas y de la vida en general.

     En la edad media europea primaba la pobreza, salvo para pequeños grupos que podían recabar provisiones. Hoy ocurre algo similar, algunas estadísticas dicen que el 99%[3] de la riqueza mundial está concentrada en el 1% de la población.

     En síntesis, si una edad es de oro o de hierro no lo determina el nivel tecnológico, los medios de comunicación o las formas de pago que existan; las edades sol altas o bajas, según los valores humanos que sustentan a las sociedades. En las edades medias el egoísmo, las pasiones, la corrupción y el fanatismo inundan el aire; las enfermedades y las pestes son moneda corriente; ayer y hoy.


¿Existe alguna solución?

     Pero no todo es tan dramático y siempre hay una luz esperando ser vista. Si pensamos que el ser humano es parte de la naturaleza, sus ciclos están sujetos a las leyes naturales. Por lo tanto, podemos buscar una solución natural.

     Estudiando la historia encontramos que las distintas edades medias vieron su fin en épocas donde la filosofía, la ciencia, la política, la religión y las artes (o alguna de estas vertientes) volvían a la vida. Estos tiempos fueron llamados períodos de renacimiento. Así, la edad media que mencionamos finalizó con el Renacimiento europeo.

     En esta etapa del ciclo, las artes principalmente, y las ciencias cobraron vida nuevamente; el ser humano volvió a descubrir que es parte de un todo y que la vida no es un castigo. Los valores atemporales resurgieron y se volvieron a plasmar ideas trascendentes. En el Renacimiento se volvió a encontrar el sentido de las cosas, entre ellas de la vida humana[4]. Se recupero el significado bien común.

     Según algunos filósofos, artistas, científicos y personajes de variados ámbitos, este renacimiento va a llegar a la sociedad, cuando llegue a cada uno de nosotros. En la medida que podamos alcanzar la coherencia entre nuestros pensamientos, sentimientos y acciones, se van a desarrollar sociedades armónicas, que sabrá convivir entre ellas y con la naturaleza que las rodea. Salir de la edad media y atravesar este valle de la historia está al alcance de nuestra mano. Ya que como cantaba Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota:


“Cuando la noche es más oscura, despunta el día en tu corazón”.


Franco P. Soffietti



[1] “¿La historia se repite?” Delia Steinberg Guzmán: https://biblioteca.acropolis.org/la-historia-se-repite/

[2] Hoy en las grandes ciudades no se ven las estrellas de noche, mientras que en ciudades chinas el Sol debe ser proyectado en pantallas para enterarse que existe, pues la niebla y el smog y no permiten verlo.

[3] “El 1% más rico tiene tanto patrimonio como todo el resto del mundo junto” de Ignacio Fariza: https://elpais.com/economia/2015/10/13/actualidad/1444760736_267255.html

[4] Esta idea se puede ver plasmada en el “Discurso sobre la dignidad humana” de Pico della Mirandola.

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